La delincuencia juvenil está ubicada
dentro de un contexto social caracterizado por grupos de niños y adolescentes
ubicados dentro de niveles de miseria o pobreza, desempleo, narcotráfico,
concentración urbana, deserción escolar o analfabetismo, agresiones sexuales y
desintegración familiar. A estos grupos sociales se les ha negado todos los
derechos humanos, tales como el derecho a la vida, la salud, la educación, la
vivienda, en fin, el derecho al desarrollo.